Por Rafael Álvarez Cordero*
Miembros del gabinete presidencial siguen cometiendo errores, desde declaraciones equívocas hasta efectuar dispendios inútiles.
Con ese modito regañón que ha usado Felipe Calderón recientemente, conminó a quienes ocupamos un espacio en los medios a escribir “sólo buenas noticias”. Obediente como siempre, procedo a publicar las del país.
Hoy en la mañana, millones de mexicanos se levantaron con entusiasmo para llegar a sus labores, después de vencer los obstáculos del clima, los baches, las combis y los policías. Llegaron a las fábricas, a las oficinas, a los ranchos, a cumplir su misión. Buena noticia.
Hoy en la mañana, millones de mexicanas se levantaron de madrugada para preparar el desayuno, levantar a los hijos, vestirlos y llevarlos a la escuela. Corrieron como gacelas con el fin de llegar a tiempo al trabajo. En la tarde, regresaron a su hogar, cansadas, pero satisfechas por la labor cumplida. Buena noticia.
Hoy en la mañana, millones de niños cargaron sus mochilas para ir a la escuela y prepararse para el futuro, a pesar de sus maestros. Buena noticia.
Hoy en la mañana, miles de médicos llegaron a consultorios, hospitales y clínicas, con miras a cumplir sus tareas, y lo mismo hicieron desde científicos e investigadores hasta choferes, albañiles, carpinteros, jardineros, etcétera. Y, en todas las ciudades, miles de hombres y mujeres prepararon desde temprano todos los alimentos que se venden en los mercados y se consumen en casas, restaurantes y fondas. Buena noticia.
Y, además, gran cantidad de personas con valor y enjundia —muchas más de las que imaginamos—, como Fernando Martí e Isabel Miranda de Wallace, trabajan sin descanso en su empeño por obligar a los legisladores a legislar. Buena noticia.
En suma, millones de mexicanos trabajamos con amor a México. Esas son buenas noticias. Pero…¿qué pasa en otros lados?
Hoy en la mañana, miembros del gabinete presidencial siguen cometiendo errores que han marcado el sexenio, desde hacer declaraciones equívocas hasta efectuar gastos y dispendios inútiles. Trabajan, no para México, sino con el fin de lograr mejores posiciones personales.
Hoy en la mañana, los diputados y los senadores se están rascando las verijas porque, después de perder miserablemente el tiempo, espetar declaraciones estúpidas y justificar sus ausencias y omisiones, ¡estarán de vacaciones de aquí a septiembre!
Hoy en la mañana, nos enteramos de que, de las 741 iniciativas de ley, la inmensa mayoría de ellas están en la congeladora y diputados y senadores se echan la culpa, las devuelven sin aprobar y, hasta algunas aprobadas, deberán esperar porque se acabó el tiempo. Hoy nos enteramos de que la parálisis legislativa sepultó para este sexenio las reformas educativa, laboral, fiscal, del trabajo, energética y otras, ¡ah!, pero, en cambio, sí aprobaron por unanimidad la creación de ¡la Agencia Espacial Mexicana (AEXA)! Hágame usted el fabrón cabor.
Y, hoy, el presidente Calderón nos informa que “¡enfrentamos y vencimos a los cinco jinetes del Apocalipsis!” Yo sabía que eran cuatro: la Muerte, el Hambre, la Peste y la Guerra.
¿Será el quinto jinete la incapacidad y la ineficiencia del gobierno? Este jinete es el peor, y no lo hemos podido vencer… hasta ahora.
*Médico y escritor
viernes, 7 de mayo de 2010
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