viernes, 9 de abril de 2010

¿Secretaría tonta?

Por Rafael Álvarez Cordero*

Podríamos preguntar a Alonso Lujambio, titular de Educación Pública, si la democracia en México carece de inteligencia.

El secretario de Educación, Alonso Lujambio, cumple un año al frente de la que yo considero la Secretaría más importante del gabinete, porque de su desempeño depende el presente y el futuro de decenas de millones de niños y de jóvenes mexicanos.

Es triste que, al cumplir un año, lo que más se recuerda fue su declaración de que nuestra democracia es “una democracia tonta”.

El diccionario dice que “tonto” es una persona de inteligencia escasa. Podríamos preguntar al secretario si la democracia carece de inteligencia. Él, que está hoy en el enorme sillón que un día ocuparon Justo Sierra, José María Pino Suárez, Nemesio García Naranjo, José Vasconcelos, Narciso Bassols, Jaime Torres Bodet, etcétera, ¿de verdad cree que nuestra democracia es tonta?

Creo que en este año don Alonso Lujambio ha mostrado sus ambiciones, como lo de “no pienso en la Presidencia”, pero más sus carencias. Hacer una lista de lo que hizo, o mejor dicho, de lo que no hizo en este año, nos da su dimensión.

Cuando entró para sustituir a Josefina Vázquez Mota, que sufrió las majaderías y los abusos de la maestra Prada, Elba Esther Gordillo, supusimos que podría iniciar un cambio para que el sindicato cumpla con sus obligaciones y mejore la educación nacional, pero no, él prometió y no ha logrado nada, veamos:

En el tema de asignación de plazas de maestros, éstas siguen comprándose, vendiéndose y heredándose como en la Edad Media, incluido el derecho de pernada.

En el asunto de transparencia, tanto la Secretaría como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación siguen igual: no sabemos cuántos miles de millones se pierden para siempre sin mejorar un ápice la educación.

Debió organizar concursos para asignar plazas de directores de escuelas, pero simplemente calló. Los directores siguen siendo nombrados por dedazo.

Y en los famosos estudios de evaluación de los profesores, 70% resultaron reprobados, ¡pero siguen dando clases como si nada!

Y no sólo eso, sino que su reacción cuando el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre Derecho a la Educación, Vernor Muñoz, habló de una complicidad —“simbiosis atípica”— entre el secretario y la eterna lideresa, y afirmó que las autoridades de educación están sometidas al sindicato, Lujambio lo refutó con argumentos legaloides, como el de que el relator “no siguió el protocolo”.

Lo que tenemos es, entonces, una Secretaría tonta, que no tiene inteligencia suficiente para lidiar con una mujer que ha hecho el más grande daño a la educación nacional. Una Secretaría tonta que no sabe hacer evaluaciones a sus mentores y que, cuando los reprueba, los premia en lugar de correrlos. Una Secretaría tonta que regala dinero para que se compren decenas de espantosos vehículos Hummer, pero redujo el presupuesto a 128 universidades del país. Una Secretaría tonta que no ha sabido o no ha querido abordar el asunto de la comida chatarra en las escuelas. Una Secretaría tonta cuyo titular acepta y obedece cuanta demanda le hace Elba Esther Gordillo.

Sí, lamentablemente, tenemos una Secretaría de Educación tonta.

*Médico y escritor

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