Por Rafael Álvarez Cordero*
La fortuna del hombre más rico del mundo no está ociosa; además de generar empleos y bienestar a miles de personas, destina recursos a la creación de programas sociales.
La sola mención del nombre Carlos Slim despierta sentimientos encontrados: elogios, admiración, envida y hasta rechazo. Muchos reconocen sus méritos como un individuo emprendedor y exitoso y, otros, hablando con el hígado, critican que sea un hombre poderoso. Él ascendió desde la más modesta condición hasta lograr el actual emporio conocido internacionalmente y pocos mexicanos han logrado algo similar.
Pero la fortuna de Carlos Slim no está ociosa porque, además de generar empleo y bienestar a cientos de miles de individuos en sus múltiples empresas, destina una muy considerable cantidad de recursos a programas sociales sin paralelo en la historia de México, lo que no se conoce o se conoce muy poco.
El Instituto Carlos Slim de la Salud fue creado en 2007 como una organización social sin fines de lucro, participa en la solución de problemas de ese ámbito tanto en México como en el resto de América Latina y tiene 12 programas cuyo solo nombre es significativo: Amanece, dedicado a la reducción de la mortalidad infantil; Vive Sano, para la prevención y atención integral de enfermedades crónicas; Casalud, que crea clínicas de primer contacto; En Línea con tu Salud, para el aprovechamiento de las tecnologías de telecomunicación; Comunicación Educativa en Salud, que fomenta el autocuidado de la persona; Hogar Saludable, que alienta mejoras de condiciones de salud domésticas. Además, ha propuesto iniciativas globales: Medicina Genómica, Observatorio de Salud, Iniciativa Mesoamericana de Salud Pública, así como fondos de inversión para proyectos externos, becas con el fin de formar capital humano, y los premios Carlos Slim de Salud, que fueron entregados hace dos días.
El de la Trayectoria en Investigación fue otorgado al doctor Jean William Pape, de Haití, en reconocimiento por toda una vida dedicada al combate a la mortalidad infantil (que logró disminuir 50%), así como a la atención de pacientes con sida en los Centres Gheskio, reconocidos mundialmente.
El dedicado a la Institución Excepcional fue concedido al Centro de Estudios de Aptitud Física de São Caetano (CELAFISCS), Brasil, por la promoción de la actividad física como uno de los métodos para contrarrestar la obesidad y disminuir los riesgos a la salud.
Y en este año hubo un Reconocimiento Especial para el doctor Octavio Ruiz Speare, cirujano e investigador mexicano que creó aquí los cursos de atención a individuos accidentados (ATLS), lo que ha permitido que miles de heridos recuperen su salud.
Cuando vemos que los dineros de nuestros impuestos sirven para que una lideresa compre bolsas de 70 mil pesos, un líder ostente unos relojes de 50 mil dólares y que cientos más den ejemplo de dinero mal empleado: vehículos blindados, casas, yates, joyas, etcétera, es saludable constatar que un individuo que ha conseguido crear un consorcio exitoso tenga la sensibilidad social para proceder con largueza y destinar miles de millones de pesos a programas y proyectos tendientes a generar salud en muchas regiones de México y del resto de América Latina.
*Médico y escritor
viernes, 26 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Favor de escoger opción ANÓNIMO en caso de no contar con alguna de las otras opciones.