Rafael Álvarez Cordero*
El desorden y el caos que vivimos en México me recuerda la campaña de Napoleón en Rusia.
Me dio grima y pena ajena ver al Presidente, muchos de sus secretarios, funcionarios de las procuradurías, al gobernador de Chihuahua, al presidente municipal de Ciudad Juárez, y demás, en el foro Todos Somos Juárez (¿a quién se le ocurrió tal nombrecito?), hablando con solemnidad operística del siglo XIX, ¡y enumerando los éxitos de la campaña contra los delincuentes!, en este mes en que como nunca ha habido asaltos, robos, secuestros, asesinatos de civiles. ¡Vaya ridiculez y desvergüenza!
Porque, en lugar de hacer foros como ése, sólo para la foto, tanto Felipe Calderón como todo su gabinete y los miembros del gobierno deben reconocer que estamos en guerra.
Es una guerra que no comenzó en este sexenio, pero que Felipe Calderón escaló cuando, sin una estrategia previa, involucró al Ejército Mexicano para luchar contra los delincuentes que se han apoderado del país.
Su estrategia fue equivocada porque, al hacerlo, dejó a un lado los más de dos mil cuerpos policiacos del país y olvidó involucrar a los gobernadores y a los presidentes municipales. El desorden y el caos que vivimos me recuerda la campaña de Napoleón en Rusia, en donde por falta de previsión fue derrotado, no por los rusos, sino por el clima.
Estamos en guerra, lo primero que todo estratega debe hacer es saber con qué cuenta.
Hoy Felipe Calderón no cuenta con los miembros de la policía, porque cientos o miles de ellos son corruptos y están en la nómina del narco. Tampoco con los gobernadores y los presidentes municipales, que se han hecho a un lado cuando llega el Ejército. No cuenta con los legisladores, que en tres años no han podido poner en vigor las leyes que se necesitan para poder enfrentar a la delincuencia.
Así no se puede, estamos en guerra y foritos como el del martes no llevan a nada. Por eso las justas recalamaciones de los habitantes de Ciudad Juárez.
La única manera como podrá —podremos— hacer frente al más grave problema que ha tenido el país es atacando todos los frentes de esta guerra, veamos:
Es urgente que la labor de inteligencia del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Cisen, funcione, no para espiar a los enemigos políticos, sino para saber dónde está realmente el enemigo; es urgente que, junto con las autoridades de Estados Unidos, se frene el tráfico de armas que tiene ahora proporciones incalculables.
Es urgente hacer una labor de depuración y eliminar a los policías y a los funcionarios corrompidos; que los jueces venales sean separados de su cargo para que ya no liberen a los hampones.
Es urgente unificar las policías, así como cerrar la llave del dinero, decomisar e incautar las cuentas de los delincuentes.
Además es urgente decidirse, pero ya, a despenalizar el consumo de la mariguana: 70% del tráfico es de eso y, al despenalizar su uso se caerá parte del mercado y los delincuentes perderán sus enormes ganancias.
Estamos en guerra, vivimos peor que en Irak, esto no puede seguir así.
*Médico y escritor
viernes, 19 de marzo de 2010
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